miércoles, 15 de septiembre de 2010

Las Feministas en Resistencia al pueblo y la comunidad internacional comunican:

Ante la bestial agresión a la cultura y el arte:

1. Nuestra enérgica protesta por el brutal ataque de que han sido víctimas los artistas del Frente Nacional de Resistencia Popular que se encontraban en concierto para condenar el golpe de Estado del 28-J, por el retorno del Presidente Zelaya y por la Constituyente, actos que violan el derecho a la manifestación pacífica protegido la legislación internacional como por nuestra Constitución.

2. Denunciamos las prácticas represoras del régimen que encabeza Porfirio Lobo Sosa que el día de hoy a llevado a la cárcel ilegalmente a más de ciento cincuenta ciudadanas/os. Numerosas/os intoxicadas/os por los gases lacrimógenos, muchas/os heridos, una persona fallecida. Este ataque a la cultura solo conviene a los sectores más conservadores y retardatarios de Honduras.

3. Manifestamos nuestra protesta indignada en contra de estos actos que impiden la manifestación pacífica y en libertad a la que tiene el derecho el pueblo hondureño.

4. Hoy más que nunca, nos declaramos solidarias con las víctimas de la represión, persecución, la detención arbitraria de las/os miembras/os del FNRP.

Por tanto:

1. Demandamos de todas las organizaciones de mujeres del mundo, del pueblo organizado, mantenerse alerta ante la represión de la que sigue siendo víctima nuestro pueblo que se manifiesta pacíficamente y construye su propio camino hacia la refundación del Estado.

¡Por la libertad y el respeto a la vida del pueblo en resistencia¡

¡Ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres!

¡Por la emancipación de la mujer y de todos los oprimidos!

15 de septiembre de 2010

Sin igualdad no hay independencia

Desde 1821 hasta la fecha, los y las hondureñas hemos montado una farsa anual para celebrar una independencia que sólo enmascara la perpetuación de poderes fácticos, esos que arrastramos desde la colonia, pasando por las nuevas formas de colonización, que han sido constantes y no tan diversas.

Para nosotras las mujeres la farsa viene maquillada de afanes protectores, caballerosidad y énfasis en nuestras diferencias biológicas, como mecanismos para mantenernos al margen de los procesos libertarios e independentistas y de los derechos humanos, entre otros. Para todas las hondureñas, el golpe de estado perpetrado y perpetuado por los supuestos paladines de la democracia desde 2009, ha fortalecido las diferencias de género, ha generado retroceso en materia de derechos sexuales y reproductivos, educativos, civiles, sociales y culturales.

Bien lo dijo la filósofa francesa Simone de Beavior hace casi un siglo: “No se nace mujer, se llega a serlo”. En Honduras esta frase no sólo tiene tintes sociales y políticos, pues llegar a ser mujer en este “no hay otro pueblo más macho” es un acto genuino de sobrevivencia.

Que las feministas exageramos, nos dicen y recriminan, que la mujer tiene ahora mejores condiciones de vida, que tiene libertades que antaño no soñaba, que puede salir a trabajar, a votar, por una cerveza…pero esos derechos se catalogan cual vicios en cuanto una mujer decide actuar por sí y para sí, no en función de una pareja y/o familia tradicional, pues en el instante mismo en que optamos por la independencia y la autonomía aparecen de nuevo la exclusión y la marginación. Esto tiene mucho que ver con que la historia, las leyes y hasta la declaración universal de los derechos humanos, han sido escritas por hombres, hombres que tienen poder político, económico y religioso, que gozan de las ventajas y beneficios que del poder derivan y que no van a renunciar a los privilegios que les brindan las desigualdades.

Este 15 de septiembre de 2010, las Feministas en Resistencia, exigimos al Estado de Honduras cumplir con la declaración de laicidad, establecida ya hace más de un siglo por Morazán y Marco Aurelio Soto. Que deje de usarse la fe para mantener la estructura y la infraestructura de clases sociales, las relaciones entre hombres y mujeres, entre marginadas/os y opresores, entre los dueños de los medios de producción y la fuerza de trabajo, entre el poder y el pueblo. ¡Exigimos el acceso y goce igualitario a los derechos humanos universales, sin sesgos morales o religiosos!, ¡Exigimos se reivindique nuestro legítimo derecho al ejercicio de una ciudadanía plena, libre, soberana e independiente de prejuicios y dogmas!

Patricia Toledo, 15 de sept. 2010